Los Tokens No Fungibles (NFT), que alguna vez representaron una revolución en el mundo digital, han quedado relegados al olvido tras protagonizar una de las caídas más drásticas en la historia de las criptomonedas. Este fenómeno, que alcanzó su apogeo a principios de 2022, sufrió un desplome tan pronunciado que el mercado quedó prácticamente en cero hacia finales de ese mismo año.
Un mercado en colapso
Los datos reflejan el impacto de esta caída. El volumen de ventas, que llegó a alcanzar los 17.000 millones de dólares, se redujo drásticamente a solo 446 millones en tan solo nueve meses. Por su parte, la cantidad de compradores activos también disminuyó considerablemente, pasando de 66.000 usuarios a apenas 42.000.
Esta abrupta caída se dio en medio de una pérdida masiva de confianza por parte del público y los inversores. Si bien los NFT se presentaron como una alternativa prometedora en el mundo de los activos digitales, factores como la saturación del mercado, el lanzamiento de proyectos sin valor real y los constantes problemas de seguridad erosionaron rápidamente su popularidad.
Razones del desplome
Entre las principales causas de esta crisis se encuentran el surgimiento de lo que se conoce como “proyectos basura”, es decir, iniciativas que buscaban únicamente engañar a los compradores con promesas vacías. Asimismo, los hackeos a gran escala en plataformas reconocidas generaron pérdidas millonarias y profundizaron la desconfianza hacia el mercado.
Un caso que llamó particularmente la atención fue el de Jason Falovitch, un destacado especialista en el mercado NFT. Falovitch reveló en redes sociales que una brecha de seguridad en su cuenta le ocasionó pérdidas de aproximadamente un millón de dólares en tokens no fungibles. Su historia no solo evidenció la fragilidad del sistema, sino que también puso de relieve la falta de protección para los usuarios.
El fin de una era
El desplome de los NFT marcó un punto de inflexión en el mercado de las criptomonedas. Lo que comenzó como una tendencia masiva y un modelo de inversión disruptivo, terminó siendo un ejemplo de la volatilidad extrema y los riesgos asociados con los activos digitales.
Para muchos, la caída de los NFT no fue una sorpresa, sino una consecuencia lógica de un mercado que creció demasiado rápido sin las regulaciones ni la transparencia necesarias. Aunque algunos optimistas creen que estos activos podrían resurgir en el futuro, el impacto de esta crisis ha dejado una huella profunda, alejando a miles de inversores y marcando el final de lo que, alguna vez, fue una moda revolucionaria en la economía digital.
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